En el siglo VII, los croatas, juntos con otros pueblos eslavos y ávaros, llegaron del norte de Europa a la región que habitan en la actualidad.1 Los croatas fueron influenciados por el arte y cultura romana y, sobre todo, por la Cristiandad. Las primeras iglesias fueron construidas como santuarios reales.2 La influencia del arte romano fue más fuerte en Dalmacia
donde la urbanización fue más profunda y existió la mayor cantidad de
monumentos. Gradualmente, esa influencia fue descuidada y apareció
cierta simplificación, junto con la alteración de formas heredadas e
incluso la creación de edificaciones originales.
Al unirse al Estado húngaro en el siglo XII,
Croacia perdió su independencia; pero no perdió sus lazos con el sur y
el oeste; por el contrario, significó el inicio de una nueva era de
influencia cultural de Europa central. El arte románico temprano apareció en Croacia a inicios del siglo XI con un fuerte desarrollo de monasterios
y reforma de las iglesias. En ese período, fueron construidos muchos
monumentos y artefactos valiosos a lo largo de la costa croata, como es
el caso de la Catedral de Santa Anastasia (originalmente, Santa Stošija) en Zadar (siglo XIII).
El arte gótico del siglo XIV fue apoyado por los consejos de cultura de las ciudades, por las órdenes mendicantes (como los franciscanos) y la cultura caballeresca.
Fue la Edad de oro de las ciudades libres dálmatas que comerciaban con
la nobleza feudal croata en el continente. El mayor proyecto urbano de
esta época fue completar la edificación de dos nuevas ciudades: Pequeñas
y grandes Ston" y unos 7 kilómetros de murallas con torres de vigía.
Los tártaros destruyeron la catedral románica en Zagreb durante su incursión en 1240, pero justo después de su partida Zagreb obtuvo el título de ciudad libre por el rey húngaro Bela IV. Poco después, el obispo Timotej empezó la reconstrucción de la catedral en el nuevo estilo gótico.
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